Una cárcel virtual. No encuentro mejor metáfora para describir el anclaje dimensional en el que se encuentra la mente, el corazón y el cuerpo físico del ser humano.
Una triste realidad de la que no somos conscientes, por lo menos no todo el tiempo.


Ningún ser vivo se hace tanto daño a sí mismo o a sus pares. No se ve nada igual en la naturaleza.

Pareciera que estamos divididos interna e intencionalmente, de forma que nuestro ser holístico, en vez de actuar al unísono, funcionase disgregada y caóticamente.

Nos enfrentamos a diario a la lucha contra nuestra mente que más que trabajar en beneficio de nuestro desarrollo humano se dedicase a impedir y bloquear nuestra felicidad.

¿Cómo lo hace?

Lo hace a través de nuestra mente y pensamientos. Para eso debemos conocer nuestra estructura de carácter a la perfección.¿Por qué parece que convivamos con varios yoes  que están en disputa entre sí?

¿Cuándo seremos felices según el estándar de nuestro Ego?

Nunca…

Esa felicidad es pura realidad ilusoria. Siempre habrá alguien más guapo que tú, más rico que tú, más inteligente que tú, más creativo que tú, más popular que tú, más poderoso, más exitoso… o querrás un coche más moderno, una casa más grande, un Smartphone con más aplicaciones y esto es un no acabar. Incluso la ambición también llega a los sectores espirituales.

Cuando el Ego ha tomado el control del ser todo queda tamizado por su pérfida esencia. Te atrona la conciencia, te hace vivir desde la escasez, el miedo, el control, los instintos de supervivencia. Nuestro cuerpo emocional queda sometido a innumerables batidas de sentimientos que nos sobrecojen, nos abruman, nos desequilibran y el cuerpo físico es el paragolpes de toda esa energía.

¿Entonces tenemos que destruir al Ego?

No funcionaría así de fácil, porque ese tipo de frecuencia de pensamiento estaría en la dualidad, por lo tanto no se trataría de eliminar al Ego, se trata de conocerlo y ponerlo a tu servicio. Debemos ser nosotros los conductores de nuestra mente y no al revés.
¿Queremos entonces ser responsables de nuestra propia vida?
Se trataría de madurar cognitivamente si queremos evolucionar y alcanzar la paz y la sanación integral.
Muchas personas crecen pero continúan teniendo actitudes infantiles, porque no se trata de crecer solo intelectualmente si no emocionalmente también.

¿Por qué deberíamos trabajar en nuestra propia liberación?

Porque si no lo hacemos, tarde o temprano, sufriríamos las consecuencias de vivir desde la mente o las emociones en desbalance, dañando nuestro cuerpo y mermando nuestra salud.

Cuando estamos en desequilibrio nuestra frecuencia vibratoria es muy baja y quedamos expuestos a todo tipo de ataques psíquicos y vibratorios: tanto endógenos como exógenos. Nos volveríamos permeables, débiles, fáciles de manipular, consumidores, sumisos, egocéntricos, celosos, envidiosos, depresivos, reactivos o miedosos.

Desde la frecuencia del miedo no podemos construir una vida satisfactoria y se trataría de ser lo más felices posibles…¿no? Siendo conscientes de dónde vivimos y cuál es la realidad concreta que tenemos.

Si queremos ser libres tenemos que ser valientes, perseverantes y humildes para salir de las tres cárceles y vivir en coherencia con los valores humanos que hayamos escogido. (lee nuestro artículo los 12 principios)

¿CUÁLES SON ESTAS 3 CÁRCELES? LA SEMANA PRÓXIMA TE LO CONTAMOS…

Fuente: www.marielalero.com

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Escritora, pintora y coach

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